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PENFIGO VULGAR |
![]() Fig. 9.20. Pénfigo vulgar. Erosiones
severas de los labios en una joven.14 ![]() Fig. 9.21. Pénfigo vulgar. Encía
eritematosa en la mucosa alveolar de una niña de seis años
de edad.14 ![]() Fig. 9.22. Pénfigo vulgar. Formación
de una ampolla (flecha) sobre una encía de aspecto normal tras
presionar con un instrumento romo, que indica signo de Nikolsky positivo. |
Trastorno descamativo de la mucosa bucal y la
piel en el cual diversos anticuerpos reaccionan contra componentes genéticos
de los desmosomas de las células intermedias, destruyéndolos
y produciendo una separación epitelial por encima de la capa de
células basales.3 Su incidencia en niños es muy
rara, representando menos del 0,5% de los casos. La edad significativa
de desarrollo es usualmente la quinta década.14 El pénfigo vulgar y sus variantes menos
comunes forman parte de un grupo de enfermedades dermatológicas
en la que se produce una descamación epitelial debido a anticuerpos
IgG que atacan al desmosoma del sistema de cohesión intracelular.
La perdida de adhesión se produce entre las células localizadas
por encima de la capa de células basales, provocando una formación
ampollosa suprabasal.3 El pénfigo vulgar neonatal aparece en
la vida intrauterina como consecuencia del paso a través de la
placenta de anticuerpos IgG maternos que presentan un pénfigo vulgar
activo, aunque puede producirse cuando el trastorno de la madre está
en remisión. El aumento del grado de actividad de la enfermedad
de la madre está correlacionado con una mala evolución fetal,
que puede llegar a la comportar la perdida del feto.2 Las lesiones se localizan en paladar blando,
úvula, mucosa bucal, encía, piso de boca, labios. La piel
se ve comúnmente afectada y de manera muy rara las conjuntivas
la mucosa genital y nasal. En los niños las lesiones bucales preceden
al desarrollo de la enfermedad en la piel por semanas o meses el 90%
de los casos.14 Dolor, malestar durante la masticación,
disfagia, salivación aumentada, y halitosis son características
comunes. Posteriormente aparecen grandes ampollas flácidas en
la piel. Las lesiones se rompen dando lugar a zonas dolorosas con poca
tendencia a curar. Cuando curan no causa cicatrización, aunque
sí es frecuente la heperpigmentación.3 Las lesiones intraorales son más frecuentes
en el paladar blando, donde presentan una breve fase de ampolla. En ésta
y en la mayoría de las localizaciones intaorales, las finas capas
superficiales se pierden rápidamente, dejando un área eritematosa
sensible al calor, al frío y a las comidas picantes y líquidos
alcohólicos (Fig. 9.20). El borde libre de las encías,
donde es frecuente la abrasión crónica por el cepillado,
y los bordes laterales de la lengua, donde se produce un roce constante,
presentarán lesiones erosivas más grandes y sintomáticas
(Fig. 9.21). Tanto en la piel como en las mucosas, se presenta un signo
de Nikolsky positivo (desprendimiento del epitelio sano por frotación)
(Fig. 9.22).3 El diagnóstico clínico debe ser
confirmado por exámenes de laboratorio.14 |